"Morimos con un rico bagaje de amantes y tribus, sabores que hemos gustado, cuerpos en los que nos hemos zambullido y que hemos recorrido a nado, como si fueran ríos de sabiduría, personajes a los que hemos trepado como si fuesen árboles, miedos en los que nos hemos ocultado, como en cuevas. Deseo que todo eso esté inscrito en mi cuerpo, cuando muera. Creo en semejante cartografía: las inscripciones de la naturaleza y no las simples etiquetas que nos ponemos en un mapa, como los nombres de los hombres y las mujeres ricos en ciertos edificios. Somos historias comunales, libros comunales. No pertenecemos a nadie ni somos monógamos en nuestros gusto y experiencia. Lo único que yo deseaba era caminar por una tierra sin mapas."
El paciente Inglés. Michel Ondaatje
"Me fui de su cobijo en cuanto la costumbre se instaló entre nuestras palabras. En la despedida, yo cargaba con menos páginas y una certeza: me convenía recorrer a solas mi camino de pequeño coleccionista de asombros."
El bosque asfaltado. Francisco Javier Irazoki.
Aunque algunos hechos perduran, otros tienen un principio y un final. El tiempo no se detiene. Todo tiene su momento y es bueno que sea así, siempre y cuando no nos estanquemos, o detengamos al final de un ciclo. Nunca es tarde para iniciar nuevos proyectos, hacer cosas nuevas y diferentes, enfrentarse a nuevos retos, aprender y asombrarnos, en una rueda sin fin. Vivir, independientemente de las circunstancias, la condición físicas, la salud y la edad, aunque es importante, intentar mantenerse en las mejores condiciones posibles, el mayor tiempo posible, mientras envejecemos.
Uno de los ciclos más importantes que hay que cerrar es el del trabajo. Afortunadamente, nuestra sociedad ha creado un sistema que nos permite descansar cuando todavía somos relativamente jóvenes. En el caso de los bomberos, como muchos sabéis, somos doblemente afortunados porque, desde hace muchos años, nos podemos jubilar a los 59 ó 60 años de edad, siempre y cuando hayamos cumplido 35 años de servicio como bombero.
El tiempo ha corrido veloz. Recuerdo como si fuera ayer mismo cuando empecé a trabajar como bombero, y ya han pasado 37 años, con lo que me toca jubilarme y, aunque no es obligatorio retirarse, como he dicho en otras ocasiones, creo que es algo que hay que hacer por varias razones: porque costó mucho conseguir este privilegio; porque creo que hay que dejar paso a la gente joven, con nuevas ideas y ganas de hacer cosas; y, finalmente, porque ahora me encuentro en plenitud de facultades, me siento fuerte, y joven para aprovechar el tiempo, los años que la salud me permita.
Este día 31 de diciembre de 2023 me jubilo, y me siento una persona favorecida por la fortuna, no solamente por poder retirarme en este momento, sino por haber tenido un trabajo que, aparte de haberme proporcionado un salario digno del que ha vivido mi familia, me ha permitido aprender sin límite y cosas muy distintas, desarrollarme física e intelectualmente, viajar, explorar, divertirme y emocionarme; y en el que, además, he encontrado unos compañeros y amigos fantásticos.
No queda más remedio en un momento como este que acordarse de los que ya no están. De mi padre y de mi madre, a los que tantos disgustos di, abandonado los estudios, y dejando la bicicleta para dedicarme a la bombería. Creo que, al final, ellos estuvieron orgulloso de su hijo por mis logros a nivel académico y profesional.
Me acuerdo de los compañeros que se fueron, algunos demasiado temprano, maestros y amigos: Andrés Morilla, Mariano González, Rumualdo Sánchez, Diego Salmerón, Rufo González, Pedro Sánchez, Sergio García, Juan Martín, Nazario Gómez, o Carlos Garrido. De los que se jubilaron antes, sobre todo los que me enseñaron a ser bombero, o con los que compartí momentos increíbles: Jesús Laserna, Mariano Martín, Domingo Rioja, Ángel de las Heras, Javi Puebla, Manuel Pinillos, Jesús Romero, José Ramón, Carlos Mejías, Alfredo Gutiérrez, Francisco Tante, Daniel Peces, Emilio Esteban, Pedro Galán, Luis Sánchez, Tiburcio Moreno, Alberto Garrido, Vicente Jiménez, Pedro Oliva, Jesús Bodas, Santiago Resino, Antonio Moreno, José Luis Mesas, Fernando García Tenorio, Carmelo Rodríguez, José María Hernández.
Me hace feliz ver que los que han ido llegando son unos excelentes profesionales, preocupados por formarse y estar siempre a la última. Son, sin duda, la mejor generación, con los que creo que el Parque de Bomberos, además, ahora, con una mejor financiación, va a dar un salto espectacular. Gracias a las personas que nos apoyaron siempre; Chema y Olga, Pablo Corrales, Esteban Paños o Araceli, entre otros. A los que acaban de llegar, les pido que depositen su confianza en unos bomberos que están comprometidos al cien por cien con la cosa pública y el servicio a los ciudadanos; y, aunque casi no me ha dado tiempo a conocerla, quiero dar las gracias a Inés Cañizares por su confianza en la dirección técnica, y cumplir lo poco que le llegué a pedir. Gracias a Chelo y Mari Paz, por su trabajo, sus charlas y compañía; y al resto de compañeras y compañeros que están y que estuvieron antes; sin su labor, sería imposible que nosotros hiciéramos nuestras tareas. Por último, no me puedo olvidar de los compañeros de la UVI y Protección Civil, de los de la Policía Nacional y de los del resto de servicios municipales, con los que de una u otra manera he coincidido y trabajado; jardines, obras y servicios, limpieza, el Teatro Rojas, Patronato Deportivo, turismo, electricidad, informática, régimen interior, gestión tributaria, intervención, patrimonio y contratación, policía local, medio ambiente y urbanismo; gracias amigos.
Gracias a Candi por el arroz que nos preparó en mi última guardia, y muchísimas gracias a Manuel Peces y Jaime Redondo, por preparar los aperitivos y las magníficas migas del día de la despedida, a los miembros de la asociación por el bonito "paseillo", y a todos los compañeros que colaboraron en el montaje del evento y limpieza anterior y posterior.
Gracias a todos, porque me habéis hecho pasar unos últimos años maravillosos. Gracias a mis compañeros en la jefatura, que me han apoyado sin fin, y llevado en volandas estos últimos años, Miguel Ángel y Montse y, especialmente, a Jesús Álvarez y Antonio Peinado, a quiénes tanto debo.
Me acuerdo también de los amigos y compañeros de la Comisión Técnica del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, en la que tanto nos hemos esforzado por proteger nuestro patrimonio: Sonsoles Guillén, Alfredo Delgado, Fernando Rodríguez, José Núñez, Francisco Núñez, Xesús Martínez, Cesáreo Rey, Juan Rubio, José Luis del Pozo, Pablo Muñoz, José Ruda, M. Ángel Pajares, Miriam San Sgundo, Juan Ignacio Cornejo, Manuel Sánchez Inestal, Mª Isabel Alonso, Fco Javier Delgado, Mar Gil Teixidó, Bernardo Palacios, Albert Magarolas, José María Leiva. Lástima que el trabajo realizado, ingente, fuera, por el poco interés político, como siempre, desaprovechado.
Un recuerdo también para los compañeros de otros servicios de bomberos, de las jornadas de rescate, y de los espeleosocorros en que participé, o con los que me adentré en en las profundidades de alguna cueva, con los que he coincidido en estos años, y cuyos nombres se me difuminan en la memoria.
Gracias de verdad a todos mis compañeros de este momento: Jesús Álvarez, Enrique Lázaro, Francisco Martín, José Carlos Gómez, Juan Carlos Gómez, Juan Manuel López, Jesús Muñoz, Miguel Ángel Ollero, Manuel Peces, José Miguel Mesas, Miguel Moya, Ricardo Corrales, Sebastián Onsurbe, Eduardo de la Torre, Juan Carlos Ruíz, Alejandro Martínez, Fernando Jiménez, Carlos López, Javier López, Roberto Antonio Martín, José Manuel de Lucas, Mariano Rubio, Cándido Pavón, Antonio Peinado, José Miguel Galiano, Jaime Redondo, Ángel Adán, Juan Carlos Ruano, Gustavo Agüero, Daniel Arija, Fernando Espadas, Miguel Ángel Gómez Rey Pro, Germán Ortega, Santos Lorenzo Pasero, Santiago Rodríguez, Fernando de Felipe, Moisés Rosell, Alberto Félix, Ricardo Montalvo, Jaime Romero Salazar, Daniel Cazorla, Sergio del Valle, Carlos García Magán, José Navas Villalba, Fernando Molina, Javier Hernández Garcés, Miguel Ángel Ortega Villalba, Fernando Vallejo, Felipe Paz, Roberto Navalón, Carlos Hernández Garcés, Jano Tafur, Iván Cantos, David Verbo, Ángel Luis del Cerro, José María Hernández Ballesteros, Álvaro Sánchez-Petronila, Diego Medina, Juan Manuel Aparicio Quijorna, Benjamín González, David Félix Malsipica, Cristóbal Peláez, Pedro Ballesteros, Izhan Pavón, Diego Gómez, Miguel Ángel Gómez, Rafael de la Rosa, Ismael Pérez, Rafael Sarriá, Daviz Ruiz, Rubén Camino, Borja González, David Muñoz.
Me despido de todos vosotros con un cierto sabor agridulce, porque es un momento muy interesante, y en el que creo que van a suceder muchas cosas buenas. Es un momento en el que, por todos vosotros, merecería la pena continuar, pero es que, tengo tantas cosas que hacer en la vida, que me marcho feliz, rico de vuestro recuerdo y cariño, llena la mochila de las experiencias que pasamos juntos, con la idea de iniciar una nueva vida, llena de retos, un nuevo ciclo junto a mí mujer, Inma, y mis hijos, Rodrigo, Rebeca, y Paula.
La última guardia y el "paseillo"
Finalmente, hoy, he vestido por última vez la camiseta de Bomberos del Ayuntamiento de Toledo en la San Silvestre Toledana.
Fotografía de mi amiga Marta Alarcón, en el Arco de Palacios. Gracias
Feliz 2024
Gracias Isabelo. Personalmente me ha gustado compartir las pequeñas charlas que hemos tenido.
ResponderEliminarSi bien es cierto, la entrada y las condiciones que vivimos al inicio fueron muy duras emocionalmente, ya forman parte del pasado, y el momento que vivimos actual y como se queda el parque de bomberos de la ciudad de Toledo, es excelente. Quedando tu sello y tu buen hacer desde la jefatura. Me alegra ser bombero del Ayto. Toledo y que hayas sido mi jefe por un año. Gracias, te deseo lo mejor en tu nueva etapa vital junto a tu familia. Un abrazo.