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Tiempos de UJA

 

Faustino Suárez Gómez

Hace unos días ha fallecido Federico Martín Bahamontes, sin duda el gran campeón del ciclismo toledano, y así se lo han reconocido sus vecinos, con un impresionante homenaje y despedida, además de todo el pelotón ciclista nacional e internacional. Los medios de comunicación se han llenado de noticias y elogios, y nos han vuelto a recordar las gestas del Águila; su historia, desde lo humilde de su nacimiento en una casilla de peones camineros, su trabajo como mozo en La Plaza, pasando por sus éxitos ciclistas, hasta su vida posterior como comerciante, director deportivo u organizador de la Vuelta Ciclista Internacional a Toledo. Además, estos honores finales fueron precedidos por otros reconocimientos cuando todavía el ciclista vivía. 

Pero, dicho esto, no vengo aquí a hablar otra vez de Bahamontes. Sin duda, el impacto de su gesta y su carisma personal tendían a absorber todo lo que sucedía en su entorno hacia su propia persona. Sin embargo, a pesar de esta realidad, una figura ha conseguido mantenerse visible, por sí misma,  en la cercanía de él. Faustino Suárez ha permanecido a lo largo de los años siempre acompañándolo, a su lado, con su figura ligera pero poderosa, incombustible, brillando con luz propia.  Para algunos, entre los que me encuentro,  Faustino era sin duda un alma mater. Ya fuera en la tienda, en la organización de las distintas pruebas deportivas, o en la Peña Bahamontes, su trabajo constante y callado, era una fuerza impulsora, sin pretender nunca colgarse laureles. 

Y, aunque sé que todo el mundo que se movía en el entorno de Fede sabe de lo que les estoy hablando, y reconocen su valía,  creo que, en el torbellino del impacto de las noticias y homenajes en torno al fallecimiento del ciclista, es necesario reconocer a una persona que, de forma tan generosa, ha contribuido a engrandecer la figura de Federico, pero también, al impulso del deporte y el ciclismo toledano.  

Por una u otra causa; por mi historia como ciclista, o por mi padre, recuerdo de siempre, desde que tenía pocos años y daba mis primeras pedaladas, a Faustino. Todavía hoy mantenemos cierto contacto, y de vez en cuando me alegra los días con las fotografías que me manda en las que aparece él junto a mi padre.  Revisando los álbumes antiguos encontré unas cuantas fotografías de aquellos prodigiosos años, de la época heroica del ciclismo, o de cuando nuestro río estaba vivo y apetecía pasar el día con los amigos refrescándose en sus aguas, en las que se le ve a él, junto a mi padre y otros amigos.  También me he topado con los reportajes que mi padre había guardado de las series que el gran Ángel Friginal Sánchez publicó en el Alcázar de Toledo, titulados " Medio Siglo de Ciclismo Toledano", y "Figuras deportivas toledanas de ayer", y entre ellos, las páginas que el periodista dedicó a Faustino. Hoy, como homenaje a "Fausti", quiero compartirlas con todos vosotros y con él, a modo de regalo, reconocimiento y agradecimiento. 































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