Una rueda sin fin

Me encanta saltar entre lecturas que llegan a mí por azar, desde distintas fuentes, a través de elementos enlaces que me catapulta a otras cosas: un libro del que un personaje habla dentro de otro libro, una película, el libro que alguien lleva bajo el brazo o deposita en una mesa, una crítica o recomendación literaria, la narración de un suceso, u hecho, o una situación, de personajes históricos que aparecen en los argumentos...

Recordaréis que ando en la lectura del libro sobre Lili Brik y Elsa Triolet, a salto de mata, como se suele decir, porque aunque estoy de vacaciones siempre tengo otras cosas que hacer y, como suelen decir hoy los jóvenes, "no me da la vida".

Aparte de que estas rusas llevan una vida muy distinta a las que llevaban en este mismo momento Ajmátova o Tsvietáieva, digamos, más próximas al poder y, por lo tanto una vida más cómoda que las aleja de la imagen romántica de la creación en situaciones adversas, que es una de los aspectos que me atraen de este momento y los artistas o escritores rusos que los vivieron, toda lectura, o casi toda, es propicia para aprender, interesarse, o sorprenderse por algo.

Como he dicho en otro momento, me gusta el arte de las vanguardias, y en este caso, la vida de las dos hermanas se desarrolla en plena efervescencia de esta corriente artística en Rusia, y en Europa. Una característica de estas dos mujeres, y que ha llevado a considerarlas posibles espías, o por lo menos cercanas al poder en esos primeros momentos revolucionarios, es que de alguna manera se las arreglaron, en un momento de penuria económica y dificultades para viajar, para moverse continuamente por Europa sin problemas de permisos o de financiación.

Entre las aspiraciones a un mundo y un hombre nuevo surgido de la revolución, en el contexto de la Nueva Política Económicas y la explosión cultural, entre checas y poder, hacen equilibrios, al tiempo que exibien una vida de independencia y libertad personal, incluida la sexual, poco común para la época, moviéndose entre artistas e intelectuales, y apoyándolos o promoviendo sus actividades, cuando no escribiendo como es el caso de Elsa. Es a través del amante de Lilí, Vladímir Mayakovski, y el poema de amor que este la dedicó; 'Acerca de esto", como llegué a la portada de un libro que ya había visto en otros momentos, pensando que era un cartel, y que ahora me llama la atención al poder identificar a la propia Lili Brik, como la persona que aparece fotografiada de frente. Se trata de un montaje del socio de Mayakovski, Ródchenko, con el que este había creado una empresas de carteles, portadas de libros, revistas y publicidad, que me lleva a otro cartel que también había visto antes, de una gran fuerza visual, en el que también aparece Lili, gritando "Libros". Se trata de exponentes del movimiento vanguardista ruso denominado Constructivismo, de gran impacto visual ahora, y que cumplían su propósito, entonces, de llegar, con ideas e imágenes sencillas y claras, a las grandes masas rusas analfabetas. Un movimiento rupturista en su momento.

Todo ello, me lleva a querer conocer mejor este movimiento, y a los artistas que lo practicaron, con la esperanza de que me lleve a nuevos descubrimientos en esta rueda sin fin.