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Patriotas en "su" mundo feliz

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El recurso a la patria, la bandera…, la limpieza de sangre. Para algunos no sólo hay que ser "patriota" sino que además hay que parecerlo, exhibirlo, demostrarlo, certificarlo. Todo para no ser sospechoso. De lo que sea, eso no importa, porque el amor a la patria, el amor al lugar donde se nace, es un amor engañoso, ya que cada cual parece que tiene sus preferencias sobre cómo se ejerce, o qué significa, o cómo demostrarlo, y por lo tanto, siempre habrá alguien que, desde su perspectiva, pueda acusarnos de antipatriotas, de antiespañoles. 
Para muchos, a esto se une, además,  que la patria es la bandera, la roja y gualda, y hay de aquél que tenga otra. Por eso se han hecho guerras. El otro, el que no grita "España", el que no besa la insignia, o se emboza en ella públicamente, y no digamos el que prefiere una franja morada en lugar de roja, es el dudoso, el antiespañol, digno de ser sometido a un auto de fe para que reconozca públicamente su pecado y arrepentimiento. Sólo entonces será digno de ser llamado patriota. Aunque creo que para esos cristianos viejos, los nuevos, siempre serían marranos o moriscos, necesitados de demostrar cada día su sangre limpia. Y créanme que alguno estaría encantado de llenar así España de españoles, porque los que creemos que la "patria" es otra cosa, debemos tener algún desorden. Y como algunos defienden, no hay desvío que no pueda curarse, con el "tratamiento" adecuado…
A veces, se puede querer tanto a la patria, se la puede abrazar con tanta fuerza, que ésta puede llegar a morir de tanto afecto, sobre todo cuando la adoración es excluyente, no quiere compartirse, no quiere admitirse que hay otras formas de amarla, tal vez muchas, o que la patria no tiene por qué corresponder a ese amor como ellos creen. Es como si la patria fuera un ser vivo, y tuviera que admitir ese amor, silenciosa, callada, agradecida, por esa manifestación pública del cariño que la tienen, ¡La maté, porque era mía! Cómo podrían éstos entender que el amor a la patria puede estar, además de en la bandera, o en lugar de en ella, o en el territorio en que nacemos, en el cuidado al medio ambiente, en la solidaridad, en la libertad, en la igualdad,en la fraternidad, etc. Aquí, y en la conchinchina, es decir, con todo el planeta y sobre todos los que habitan en él.
El patriotismo tiene además otra variante, que es cuando el amor a la patria se encaja en los intereses personales, o de una facción o partido. Puede ir o no unido al amor enfermizo explicado más arriba, mientras se "usa" según para qué, o en qué momento, con un objetivo utilitario, generalmente relacionado con la captación de votos en elecciones, o para que el mundo, las situaciones o la realidad se ajuste a los intereses partidistas e ideológicos, grupales o personales. En estos casos se puede incurrir en contradicciones, que en este mundo conectado, suelen hacerse pronto evidentes, cuando, por ejemplo, se dice que una determinada acción o actitud es patriótica, y claro está beneficia al que la apoya, mientra que en otro momento defender la patria es todo lo contrario. ¡Aquí están mis principios, si no le gusta tengo otros!, y/o ¿a quién va usted a creer, a mí, o a sus propios ojos?
Yo confieso. Ya se habrán dado cuenta, por lo dicho hasta aquí, que tengo un escaso sentido patriótico. No quiero engañarles. Esto me viene desde muy pequeño, y no proviene de la familia, que nunca me han enseñado ni una cosa ni la contraria, por lo que, al no ser cultural, debe ser patológico, o genético, que tal vez sea la forma más grave de la enfermedad que algunos llaman antipatria.
Ruego a ustedes tomen medidas inmediatas, no vaya a ser que empiece a propagar por el mundo este gen egoísta que, en lugar de mirar por uno mismo, para adentro, como sería el deber de un buen patriota, se empeña en mirar más allá y en contar que estamos a punto de acabar con el planeta, y que el daño es global, y por lo tanto las soluciones también deben serlo, mientras que los países se mantienen atados de forma individual en políticas de corto alcance, encerrados en la lógica de un capitalismo salvaje, responsable del grave daño que se está infringiendo al planeta, protegido por la necesidad de los políticos de salir elegidos cada cuatro años, para lo que venden un crecimiento sin límites, que agrava los problemas cada vez mas, en una rueda sin fin. ¿Para qué sirve ser patriota, y ver todo de color de rosas, mientras todo desaparece?
Reprímanme, no vaya a ser que alguien escuche la blasfemia de que el ser humano es igual en todas partes, sin ninguna distinción, pero que muchas personas pasan hambre en el mundo, que hay guerras, o mueren a diario ahogadas en los océanos, perdidas en los desiertos, violadas o asesinadas, cuando huyen de la miseria, y los conflictos, muchas veces creados o fomentados por nuestro mundo occidental; porque el mayor éxito del ser humano es haber creado maravillosas patrias, encerradas en fronteras coronadas por concertinas que cortan la carne, para mantener alejados de nosotros a los pobres del mundo, mientras que para el dinero y las mercancías no hay barreras, y viajan libremente.
Amordácenme, que en esta febrícula tal vez pueda hablar en voz alta, sin querer, claro está, que las banderas solo son trapos con los que muchos "patriotas" se tapan los ojos, para no ver la realidad vergonzosa de tanta contaminación, destrucción, miseria y horror que vamos dejando detrás nuestro y creer que viven en un mundo feliz
Sí, es verdad, debo estar muy enfermo…Tal vez con una dosis de "soma" de patria se me arregle este internacionalismo...

I.Sáncez

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