Despedida de La Habana

Puede ser un tópico, pero es verdad; todas las personas que han estado en La Habana dicen lo mismo, que es una ciudad a la que les gustaría volver. No sé si será lo mismo cuando cambie el régimen político, cuando la rehabilitación de la ciudad se extienda a zonas más amplias y desaparezcan las viviendas en ruina y masificadas que llenan las calles de gente con un ambiente bullicioso especial, o cuando las calles dejen de oler a gasolina quemada y a producto fumigador del mosquito del dengue;

 

pero esa es la sensación que teníamos todos nosotros en las últimas horas que estuvimos en La Habana, algo que se acentuó durante el traslado desde el hotel al aeropuerto cuando veíamos a la gente atravesar las calles por cualquier parte, la bella arquitectura de sus edificios (aunque estuvieran en ruina),

la moto que transportaba a una familia de tres personas, el motor rugiente de un coche clásico de color negro que adelantamos y se mantuvo a nuestra altura durante algunos minutos, el hombre sentado relajadamente a la puerta de su casa mientras en el interior la televisión emitía imágenes de algún programa.... Sensación que aumentó cuando volvimos a "nuestra civilización" y empezamos a crear recuerdos, y nos acordamos de los amigos que se quedaron allí; la sensación de que "había que volver".