PALABRA

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Hoy, Emiliano García Page ha sido nombrado de nuevo presidente de Castilla-la Mancha, pero a mi memoria sólo acude una cosa,la falta de palabra.

La palabra dada es un compromiso, un contrato, es respeto por el otro, y hacia uno mismo, confianza, lo que nos define, quiénes somos, nuestra dignidad, la afirmación personal.

Qué triste debe ser encontrarse una y otra vez, cada día, cada noche, en la soledad de uno mismo, con la conciencia íntima de esa palabra torcida, de la vergüenza, de la mentira, porque la memoria no puede enjaularse, siempre esperando que pase el tiempo que aleje el recuerdo, y que los demás olviden.

Alguien podrá decir que, "quien esté libre de pecado que tire la primera piedra". Pues yo creo que sí, que hay gente de palabra. Pero es que, además, para quien se presenta a un cargo público, la palabra dada debería ser un pasaporte, y su incumplimiento, suponer la inhabilitación inmediata, porque la deshonra se comete en el ejercicio de la confianza que le ha otorgabado la sociedad

También podrá esgrimirse en su defensa eso que tanto se lleva hoy en día, cuando se pilla a un político en un asunto de corrupción: que los votos limpian de todo pecado, como si fueran la absolución. Sin embargo, por mucho que se quiera, el corrupto, o el ladrón, siguen siéndolo, sea el que sea el resultado electoral, y naturalmente la justicia sigue su curso, y, de igual manera, la mancha de la mentira tampoco se borra.

Si la sociedad no es consciente del valor de la palabra, de que la mentira debe tener un castigo, que debería ser el de mandar a su casa al culpable, para que no ponga nunca más sus manos en lo público, en mi opinión sólo es la muestra de lo poco exigentes que somos los ciudadanos en todo, y con los políticos, que "nos sirven", menos aún.

Por eso, hoy por hoy, desgraciadamente, el único castigo es él mismo, y su memoria. Otra cosa es que el remordimiento lo haga enfermar, que no me lo parece...

I.Sánchez