La realidad, tozuda realidad

En estos tiempos en los que hay una parte de la sociedad, incluidos los partidos políticos de derecha, que han decidido dar voz, legitimar o normalizar a la ultraderecha ultramontana, que intenta limitar logros sociales, destruir los avances con respecto a la solidaridad con los más desfavorecidos o la igualdad entre los sexos, que cuestionan el machismo imperante en nuestra sociedad, o intentan acabar con los derechos de todos los ciudadanos independientemente de su orientación sexual, etnia, o lugar de nacimiento, con un discurso de odio, discriminatorio y xenófobo; en estos tiempos, cuando nuestro país todavía no ha sido capaz de resolver la deuda histórica con las familias de aquéllos que, ochenta años después de los sucesos, todavía tienen familiares desaparecidos, en un país que se dice moderno y democrático; en estos tiempos en los que se pretende igualar la memoria de las víctimas y de los verdugos, o negar directamente la memoria de los asesinados y olvidados, y el derecho de los hijos y nietos a recuperar los restos de sus padres, argumentando que hubo crímenes por las dos partes, al tiempo que ocultan que los "suyos" descansan en tumbas con nombres y apellidos, porque tuvieron cuarenta años para recuperarlos, y crear una historia falsificada que justificara sus propios crímenes; en estos tiempos convulsos, la realidad, tozuda, se empeña cada día en sacar a la luz a personas, hacerlas aflorar de la tierra que sobre ellos arrojaron sus asesinos, y que nos cuenten su historia, que nos hablan, no de rojos comeniños, como contaron, sino de seres humanos, demasiado humanos. 

La tozuda realidad se empeña en aflorar, a pesar de muchos, una y otra vez...

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